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David Teniers el Joven. La galería del archiduque Leopoldo en Bruselas (1639). |
Todas esas vidas mantenidas en el aire avaro de lo
absurdo no podrían sostenerse sin algún pensamiento profundo y constante que
las animara con su fuerza. Solo puede deberse, también en este caso, a un
singular sentimiento de fidelidad. Se ha visto a hombres conscientes cumplir su
tarea en medio de las guerras más estúpidas sin creerse en contradicción. Es
que se trataba de no eludir nada. Hay asimismo una felicidad metafísica en
sostener la absurdidad del mundo. La conquista o el escenario, el amor
innumerable, la revuelta absurda, son homenajes que el hombre rinde a su
dignidad en una campaña en la que está vencido de antemano.
Se trata
solamente de ser fiel a la regla del combate. Este pensamiento puede bastar
para alimentar a un espíritu: sostuvo y sostiene a civilizaciones enteras. La
guerra no se niega. Hay que morir o vivir de ella. Y lo mismo lo absurdo: se
trata de respirar con él, de reconocer sus lecciones y de encontrar su carne. A este respecto, el goce absurdo por excelencia es la creación. “El arte y nada más que el arte —dice Nietzsche—, tenemos el arte para no morir de la verdad.”
Albert Camus. El mito de Sísifo (1942).
Me encanta la pintura. Me gusta porque hay muchos detalles. Es como muchos cuadros dentro de un solo cuadro y encima dice "La galería del archiduque Leopoldo en Bruselas" =P
ResponderEliminarUn beso =)
Hay pinturas dentro de la pintura. Ya imaginarás cuánto tiempo le habrá tomado al artista completar la obra.
EliminarUn beso.