Max Ernst. Ilustración en "Una semana de bondad" (1934). |
A menudo, los órganos de la Seguridad del Estado no
tenían grandes fundamentos para elegir a quién había que detener y a quién
dejar en paz. Se orientaban únicamente por una cifra de detenciones prevista.
Para alcanzar esa cifra podía seguirse un procedimiento sistemático, pero
también podían ponerse en manos del azar. En 1937 una mujer fue a las oficinas
de la NKVD de Novocherkask para preguntar qué debía hacer con el niño de pecho
de una vecina suya detenida. «Siéntese», le dijeron, «y ya veremos.» Permaneció
sentada un par de horas y luego la sacaron de recepción y la metieron en una
celda: debían completar rápidamente la cifra y no tenían bastantes agentes para
enviarlos por la ciudad, ¡y a aquella mujer ya la tenían allí!
Aleksandr Solzhenitsyn. Archipiélago Gulag (1973).
Con cada fragmento este libro se me hace más interesante. Ya no tengo dudas, quiero leerlo completo.
ResponderEliminarQue pena que en el pasado ocurrieran cosas así y que pena que sigan ocurriendo en el presente y en el futuro.
Cada vez es más claro que el hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo...
Un beso =)
Esta obra es muy interesante, pero también es voluminosa. Creo que te gustaría leerla. Al menos a mí me agrada. Espero poner más fragmentos del Solzhenitsyn. :)
EliminarUn beso.