Marc Chagall. Amantes en gris (1917). |
Martín apoyó la
cabeza sobre el pecho de Alejandra y ya nada le importó del mundo. Por la
ventana veía cómo la noche bajaba sobre Buenos Aires y eso aumentaba su
sensación de refugio en aquel escondido rincón de la ciudad implacable. Una
pregunta que nunca había hecho a nadie (¿a quién habría podido hacérsela?)
surgió de él, con los contornos nítidos y brillantes de una moneda que no ha
sido manoseada, que millones de manos anónimas y sucias todavía no han
atenuado, deteriorado y envilecido:
—¿Me querés?
Ella pareció
vacilar un instante, pero luego contestó:
—Sí, te quiero.
Te quiero mucho.
Ernesto Sabato. Sobre héroes y tumbas (1961).
Qué bonita escena. No sé, me atrevería a decir que puede que éste sea uno de mis fragmentos favoritos. Una escena tan sencilla y tan cerca de la realidad.. Me gusta mucho.
ResponderEliminar¿La elegiste pensando en mi? =P =P
La pintura no es tanto de mi agrado, supongo que encontraría una más bella aunque puede que ésta sea adecuada para el contexto.
Besitos =)
Es un fragmento que encuentro hermoso en medio de las escenas infaustas que contiene esta novela.
EliminarLa pintura la coloqué porque en cierto modo la consideré adecuada para el texto. :)
Un beso.