Vasili Vereshchagin. After failure (1868). |
Sabedor de que no hay causas victoriosas, me gustan las
causas perdidas: éstas exigen un alma entera, tanto en su derrota como en sus
victorias pasajeras. Para quien se siente solidario del destino del mundo, el
choque de las civilizaciones tiene algo de angustioso. Yo he hecho mía esa
angustia al mismo tiempo que he querido jugar con ella mi partida. Entre la
historia y lo eterno, elegí la historia porque me gustan las certezas. De ella
por lo menos estoy seguro, y ¿cómo negar esa fuerza que me aplasta?
Albert Camus. El mito de Sísifo (1942).
¿No existen las causas victoriosas? =P Será por eso que casi siempre me inclino por las causas perdidas =) Tal vez sea porque tengo cierta tendencia a lo difícil.
ResponderEliminarNo se si algún día llegaré a comprender del todo a Camus... mientras tanto seguiré pendiente de tus fragmentos.
Un beso =)
Me gusta especialmente este fragmento porque me siento de alguna manera identificado con él. A mí también me gustan las causas perdidas, o al menos me agrada intentar comprender las motivaciones de los héroes fracasados.
EliminarUn beso. :)