Serguei Solomko. Declaración de amor. |
La Habana aclamaba a Ana, la dama más agarbada, más
afamada. Amaba a Ana Blas, galán asaz cabal, tal amaba Chactas a Atala.
Ya pasaban
largas albas para Ana, para Blas; mas nada alcanzaban. Casar trataban; mas
hallaban avaras a las hadas, para dar grata andanza a tal plan.
La plaza,
llamada Armas, daba casa a la dama; Blas la hablaba cada mañana; mas la mamá,
llamada Marta Albar, nada alcanzaba. La tal mamá trataba jamás casar a Ana
hasta hallar gran galán, casa alta, ancha arca para apañar larga plata, para
agarrar adahalas. ¡Bravas agallas! ¿Mas bastaba tal cábala? Nada ¡ca! ¡nada
basta a tajar la llamada aflamada!
Ana alzaba la
cama al aclarar; Blas la hallaba ya parada a la bajada. Las gradas callaban las
alharacas adaptadas a almas tan abrasadas. Allá, halagadas faz a faz, pactaban
hasta la parca amar Blas a Ana, Ana a Blas. ¡Ah ráfagas claras bajadas a las
almas arrastradas a amar! Gratas pasan para apalambrarlas más, para clavar la
azagaya al alma. ¡Ya nada habrá capaz a arrancarla!
Rubén Darío. Amar hasta fracasar.
Pero qué difícil!! Todo con la "A" He mirado y remirado pero no he visto ninguna otra vocal, si no me equivoco. Creo que no podría hacer eso nunca, jejeje.
ResponderEliminarBesitos =)
Yo no sé si podría hacerlo. Supongo que en algún momento haré el intento.
EliminarUn beso. :)
Vaya pasada! Labra cada palabra hasta la calma pasada a ráfagas, llamaradas...acaba la mala racha,
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