Philip Wilson Steer. The Bridge. |
—No hacemos más que dar vueltas al asunto sin ir al fondo
del mismo. Lo esencial consiste en que se ha equivocado usted y no quiere
reconocerlo en voz alta. Me creyó un héroe dotado de ideales sublimes, y la
realidad le ha mostrado a un funcionario de lo más vulgar, aficionado a las
cartas y sin apego a ninguna idea. Soy un digno vástago de la sociedad podrida
que usted abandonó, indignada contra su vanidad y su bajeza. Reconózcalo así y
haga justicia. No se enfade conmigo, sino consigo misma, puesto que fue usted
quien se equivocó y no yo.
—¡Sí, lo reconozco! Me equivoqué...
Antón Chéjov. Relato de un desconocido (1893).
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