![]() |
Vasili Tropinin. Retrato de A. I. Baryshnikov (1829). |
—Pero ella no se ha venido
contigo a la fuerza —objetó Pekarski a Orlov—. Tú mismo lo has querido.
—¡Vamos, hombre! No solo no lo
he querido, sino que ni siquiera imaginaba que esto pudiera suceder alguna vez.
Siempre que ella me hablaba de venirse a vivir conmigo, yo lo tomaba como una
broma más o menos graciosa.
Todos rompieron a reír.
—Yo no podía quererlo —prosiguió
Orlov, como si le obligasen a justificar sus actos—. No soy un personaje de
Turguéniev, y si alguna vez se me ocurre ir a liberar Bulgaria no necesitaré
mujeres para ello. Considero el amor, ante todo, como una necesidad de mi
organismo, necesidad baja y contraria a mi espíritu. Hay que satisfacer esa
necesidad con juicio o bien renunciar totalmente a ella, pues de lo contrario
introducirá en tu vida elementos tan impuros como ella misma. Para que
constituya un placer y no un tormento, procuro hacerla bella y adornarla con un
sinnúmero de ilusiones. Nunca voy con una mujer sin estar seguro de que es
guapa y atractiva y sin hallarme de humor para ello. Solo en tales condiciones
logramos engañarnos el uno al otro y creer que nos amamos y que somos felices.
¿Puedo, acaso, desear cacerolas de cobre, o una melena greñuda, o que alguien
me vea desaseado o de mal humor? Zinaída Fiódorovna, en su inefable sencillez,
quiere hacerme amar lo que he odiado y rehuido toda mi vida. Quiere que mi
vivienda huela a cocina y a platos; ansía mudarse de casa ruidosamente,
pasearse en coche propio, contar mis prendas interiores, cuidar de mi salud,
entrometerse a cada instante en mi vida privada y seguir cada uno de mis pasos,
asegurando, al mismo tiempo, con toda sinceridad, que sigo conservando mi
libertad y mis costumbres. Está convencida de que pronto realizaremos, como dos
recién casados, un viaje; es decir, quiere hallarse siempre conmigo, en el tren
o en el hotel; pero a mí, cuando voy de viaje, me agrada leer y no puedo sufrir
la conversación de nadie.
Antón Chéjov. Relato de un
desconocido (1893).
¿Misoginia?
ResponderEliminarCreo que más que misoginia lo que el personaje experimenta es una sensación de invasión de su antaño inviolable espacio íntimo. Su amante ocasional quiere ahora llevar una vida de pareja y él no sabe cómo decirle que esa pretensión le resulta incómoda.
EliminarTípico de algunos hombres, no pueden vivir sin las mujeres pero les horroriza el compromiso. Luego, cuando se deciden a dar el paso, se dan cuenta que no era tan horrible, pero mientras llegan a esa conclusión primero han hecho sufrir a la otra parte.
ResponderEliminarLa pintura ya sabes que me gusta. Ese caballero junto al árbol bien representa a Orlov, el personaje de esta novela. Muy acertada.
Un beso =)
Eso es cierto, sin embargo también comprendo a Orlov. Su situación como personaje me resulta amena.
EliminarUn beso.