jueves, 29 de agosto de 2013

Gao Xingjian: los hombres y los peces

Honoré Daumier. El motín. La destrucción de Sodoma.
Y también en el Wanxian ha fondeado el barco por la noche. El segundo de a bordo ha venido a charlar conmigo mientras yo estaba contemplando las luces de la ciudad. Me ha contado que, refugiado en su cabina de pilotaje, asistió a una carnicería durante la Revolución cultural. Eran por supuesto hombres lo que estaban matando, no peces. De tres en tres, atados por las muñecas con un alambre, fueron empujados hacia el río por unos disparos de metralleta. Tan pronto como uno de ellos era alcanzado, arrastraba a los otros al agua y los vio debatirse como peces atrapados en el anzuelo, antes de ser llevados a la deriva por la corriente, cual perros reventados. Lo curioso es que cuantos más hombres se mata, más numerosos son estos, mientras que los peces, cuántos más se han pescado, más escasos se vuelven. Sería preferible lo contrario.


Gao Xingjian. La montaña del alma (1990).

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