martes, 30 de abril de 2013

Sabato: el arte y el sueño

Remedios Varo. Tres destinos (1956).

   Usted ha dicho a menudo que el arte y el sueño tienen parentesco.
   Claro, al menos en el primer momento. En el momento en que el artista se sumerge en el inconsciente, como cuando te dormís. Pero luego sucede un segundo momento, que es de expresión, observá bien: de ex-presión, de presión hacia fuera. Por eso el arte es liberador y el sueño no, porque el sueño no sale. El arte sí, es un lenguaje, un intento de comunicación con otros. Gritás tus obsesiones a otros, aunque sea con símbolos. Lo que pasa es que ya estás despierto y a esos símbolos se mezclan entonces lecturas, ideas, voluntad creadora, espíritu crítico. Ahí es cuando el arte se diferencia radicalmente del sueño. ¿Comprendés? Pero no podés hacer arte en serio sin esa sumersión inicial en el inconsciente. Por eso es ridículo lo que proponen esos tontos: el deber de un arte nacional y popular. Como si antes de dormirte te dijeras: bueno, ahora a tener sueños nacionales y populares.
   Silvia se rió.

Ernesto Sabato. Abaddón el exterminador (1974).

lunes, 29 de abril de 2013

Camus: el primer signo de la absurdidad

John Atkinson Grimshaw. Roundhay lake.

En ciertas situaciones un hombre puede fingir al contestar «nada» a una pregunta sobre la índole de sus pensamientos. Los seres amados lo saben bien. Pero si esa respuesta es sincera, si representa ese singular estado de ánimo en el que el vacío se vuelve elocuente, en el que la cadena de gestos cotidianos se rompe, en el que el corazón busca en vano el eslabón que la reanude, entonces es como el primer signo de la absurdidad.

Albert Camus. El mito de Sísifo (1942).

domingo, 28 de abril de 2013

Sabato: los personajes y los creadores

John William Waterhouse. .Dante y Beatriz.
ESTATURA DE LOS PERSONAJES. Si es cierto que los personajes novelísticos salen del propio corazón del creador, nadie puede crear un personaje más grande que él mismo, y si lo toma de la historia lo bajará hasta su propio nivel. El teatro y la narrativa están atiborrados de Cleopatras y Napoleones que no son más altos que sus culpables.
   Al revés, modestos seres son levantados hasta la estatura de sus grandes creadores. Es probable que Laura y Beatrice hayan sido mujeres triviales; pero ya nunca lo sabremos, pues las que conocemos fueron levantadas hasta la cumbre de Petrarca y de Dante. El poeta hace con sus mujeres lo que en escala humilde hace todo enamorado con su amada.

Ernesto Sabato. El escritor y sus fantasmas (1963).

sábado, 27 de abril de 2013

Liebster awards


La semana pasada Anónimo Castellano tuvo la deferencia de otorgar a mi blog un Liebster Award, premio que tiene como objetivo fundamental la difusión de los blogs al público en general.

Tras esta breve explicación acerca de estos premios, desde Anónimo Castellano se nos indica que debemos:

- Agradecer el premio a quien lo concedió.
- Responder a once preguntas que formulan a continuación.
- Nominar a once blogs que tengan menos de 200 seguidores.
- Formular once preguntas para tus blogs nominados.
- Comunicar la nominación a los elegidos.

Desde ya agradezco a Anónimo Castellano por el premio. Es satisfactorio constatar que este blog que solo se dedica a recopilar fragmentos de obras literarias puede llegar a gustar a las personas.

Tras esto, paso a responder el cuestionario que seguramente servirá para conocernos un poco más:

1. ¿De qué trata tu blog?

Mi blog no es más que una agrupación de fragmentos de libros (principalmente de ficción, pero también algunos ensayos) que recojo a medida que voy leyendo o releyendo. En todos los casos acompaño esos fragmentos con una pintura u otro tipo de imagen.

2. ¿Por qué has creado un blog?

Por algo muy personal: tenía ganas de contar con una suerte de libreta de apuntes virtual donde pudiera copiar esos fragmentos de textos que lograron gustarme.

3. ¿Has pasado alguna noche en vela haciendo entradas para tu blog?

No, pero sí he pasado algún par de horas tratando de encontrar una imagen adecuada para el fragmento seleccionado.  A veces he creído tener éxito pero otras veces no.

4. Tres palabras que definan tu blog.

Fragmentos, literatura y pinturas.

5. ¿Qué tiene tu blog de particular que no tengan otros?

Creo que lo único que tiene de particular es que la selección de fragmentos es elaborada respondiendo únicamente a mis gustos y a lo que estoy leyendo en esos momentos.

6. ¿Qué te gusta encontrar en otros blogs?

Artículos de historia, textos literarios o de análisis literario y artículos de arte, sobre todo cuando se busca descubrir el significado de una obra. También fragmentos o citas de textos antiguos, ya sean libros de viaje, elucubraciones proféticas, entre otros.

7. ¿Tienes algún post que nunca has llegado a terminar?

Tengo una buena cantidad de fragmentos que todavía no me he animado a colocar por temor a que mis escritores favoritos se apoderen por completo del blog en detrimento de otros autores, pero sé que finalmente sucumbiré e iré colocando esos fragmentos que tengo guardados.

8. ¿Qué crees aporta un blog que no puedas encontrar en otras redes sociales o medios de comunicación?

Creo que los blogs pueden ahondar en temas que muchas veces se tocan de manera muy breve y escueta (redes sociales) o que no necesariamente son consideradas de interés primordial por la opinión pública (radio, televisión, etc.).

9. ¿Has pensado en abandonar alguna vez tu blog?

No lo he pensado. Muy por el contrario, he tenido ciertos deseos de abrir otros blogs pero todavía no he terminado de animarme.

10. ¿Qué te parece Anónimo Castellano?

Creo que el blog de Anónimo Castellano es muy interesante. Pretende abordar muchas de las interrogantes que a veces quedan sin contestar en la Historia del arte y lo hace de manera amena.

11. ¿Qué mejorarías de Anónimo Castellano?

Por el momento no tengo ninguna recomendación importante que hacer, al contrario, creo que la dedicación y el orden de Anónimo Castellano en sus entradas constituyen un ejemplo que debe ser imitado.

Los blogs que nomino al premio son:

-Siguiendo los pasos de barro.
-Café de Madison
-Una dama sin su pluma

Y estas son las preguntas que les hago:

1. ¿De qué trata tu blog?
2. ¿Por qué has creado un blog?
3. ¿Tienes un ritmo de publicación para tus entradas o simplemente te dejas guiar por las circunstancias?
4. Tres palabras que definan tu blog.
5. ¿Qué pesa más a la hora de publicar una entrada? ¿Lo que te gusta a ti o lo que puede gustar a tus seguidores?
6. ¿Qué es lo que más buscas en los blogs?
7. ¿Te gustan más los blogs monotemáticos o los que mezclan diversos temas?
8. ¿Crees que los blogs siguen teniendo futuro después de la irrupción de las redes sociales como Facebook?
9. ¿Ser blogger te demanda mucho tiempo?
10. ¿Qué te parece Fragmenta Fragmentaria?
11. ¿Qué mejorarías de Fragmenta Fragmentaria?

jueves, 18 de abril de 2013

Turguénev: lo vano de las cosas humanas

Valentín Serov. Retrato del artista Ilya Ostroujov (1902).

   Meditó acerca de lo vano, inútil y vulgarmente embustero de las cosas humanas. Todas las épocas de la vida acababa de cumplir cincuenta y dos años desfilaron unas en pos de otras ante los ojos de su pensamiento, y ninguna de ellas encontró gracia delante de él. ¡Agitarse siempre en el vacío y la nada, andar siempre dando tajos y mandobles al aire, siempre embelesarse medio cándida, medio conscientemente con el señuelo de vanas quimeras! “Poco importa lo que contenta a un niño, con tal de que no llore”, dice un proverbio ruso. Luego, de pronto, cual nieve que nos cae en la cabeza, ver llegar la vejez y con ella su compañero, el temor a la muerte, ese temor que nos zapa y nos roe sin cesar...; después, por último, ¡el chapuzón en el abismo!
   ¡Y aun dichoso si transcurre así la vida! Porque más de una vez, antes del fin, como la herrumbre ataca al hierro, llegan los achaques y el sufrimiento...

Iván Turguénev. Aguas primaverales (1872).

sábado, 13 de abril de 2013

Jorge Isaacs: el primer amor

Raoul Dufy. Jeanne con las flores (1907).

   Cerré las puertas. Allí estaban las flores recogidas por ella para mí; las ajé con mis besos; quise aspirar de una vez todos sus aromas, buscando en ellos los de los vestidos de María; bañelas con mis lágrimas… ¡Ah, los que no habéis llorado de felicidad así, llorad de desesperación si ha pasado vuestra adolescencia, porque así tampoco volveréis a amar ya!
   ¡Primer amor!... Noble orgullo de sentirnos amados: sacrificio dulce de todo lo que antes nos era caro a favor de la mujer querida; felicidad que comprada para un día con las lágrimas de toda una existencia, recibiríamos como un don de Dios; perfume para todas las horas del porvenir; luz inextinguible del pasado; flor guardada en el alma y que no es dado marchitar a los desengaños; único tesoro que no puede arrebatarnos la envidia de los hombres; delirio delicioso… inspiración del Cielo… ¡María! ¡María! ¡Cuánto te amé! ¡Cuánto te amaré!

Jorge Isaacs. María (1867).

miércoles, 10 de abril de 2013

Libro de Tobit: un asesino de maridos

Johann Heinrich Füssli. La pesadilla (1781).

Ese mismo día, una mujer llamada Sara, hija de Ragüel, que vivía en la ciudad de Ectabana, en el país de Media, tuvo que sufrir también los insultos de una criada de su padre. Resulta que Sara había sido dada en matrimonio siete veces, pero en cada caso Asmodeo, un demonio malvado, había matado al esposo antes de que este se uniera a ella como en todo matrimonio.
   Entonces la criada le dijo: “¡Tú eres la que matas a tus maridos! Ya has tenido siete maridos, y no has podido llevar el apellido de ninguno de ellos. Pero el que tus maridos se te mueran no es razón para que nos castigues. ¡Muérete con ellos, sin nunca haber tenido hijos!

Libro de Tobit (siglo II a. C., aprox.)

lunes, 8 de abril de 2013

Fredric Brown: vampiros con mala suerte


Eyvind Earle. Mauve, Red and Purple (1987).
En su máquina del tiempo, Vron y Dreena, los dos últimos sobrevivientes de la raza de los vampiros, huyeron hacia el futuro para escapar de la aniquilación. Se estrechaban fuertemente las manos y se prodigaban mutuas palabras de consuelo, tan grandes eran su terror y su hambre.
   En el siglo XXII la Humanidad los había descubierto, averiguando que la leyenda de los vampiros que vivían en secreto entre los seres humanos no era una leyenda sino una realidad. Hubo una matanza en la que perecieron todos los vampiros pero aquellos dos, que ya habían estado trabajando en una máquina del tiempo y que consiguieron terminarla a punto, pudieron huir con ella. Hacia el futuro, a un futuro tan lejano que el término vampiro hubiese caído en el olvido, con el resultado que ellos podrían pasar de nuevo inadvertidos... y con su simiente hacer surgir una nueva raza.
   —Tengo hambre, Vron. Un hambre terrible.
   —Yo también, mi querida Dreena. Pronto volveremos a parar.
   Ya se habían detenido cuatro veces y en cada una de ellas salvaron la vida por los pelos. Los seres que vivían en el planeta no les habían olvidado. La última parada, medio billón de años atrás, les había mostrado un mundo gobernado por los perros... un mundo de perros, al pie de la letra: los seres humanos se habían extinguido y los perros se habían civilizado, ocupando el lugar del hombre. Sin embargo, les reconocieron y supieron lo que eran. Pudieron alimentarse sólo una vez con la sangre de una tierna perrita, pero los canes los persiguieron hasta su máquina del tiempo y tuvieron que emprender nuevamente la huida.
   —Te agradezco que hayas parado —dijo Dreena, suspirando.
   —No tienes por qué agradecérmelo —observó Vron, ceñudo—. Hemos llegado al fin del trayecto. Se nos ha terminado el combustible y aquí no encontraremos... a la sazón todos los compuestos radiactivos deben de haberse convertido ya en plomo. Viviremos aquí... o moriremos.
   Salieron a explorar.
   —Mira —dijo Dreena con voz excitada, señalando a algo que caminaba hacia ellos—. ¡Una nueva criatura! Los perros han desaparecido y algo los sustituye. Estoy segura de que ya nos han olvidado.
   El ser que se aproximaba era telépata.
   —He escuchado vuestros pensamientos —dijo una voz dentro de sus cerebros—. Os preguntáis si nosotros conocemos a los vampiros, sean estos lo que sean. Pues, no, no los conocemos.
   —¡Es la libertad! —murmuró ávidamente Dreena—. ¡Y comida!
   —También os preguntáis —continuó la voz— acerca de mi origen y evolución. Actualmente, toda la vida en el planeta es vegetal. Yo... —les hizo una reverencia— yo, miembro de la raza dominante, soy lo que antaño vosotros llamabais un nabo.  

Fredric Brown. Sangre (1955).

domingo, 7 de abril de 2013

Unamuno: un ente de ficción

Odilon Redon. El hombre primitivo. Sentado en la sombra.

   —Es que tú no puedes suicidarte, aunque lo quieras.
   —¿Cómo? —exclamó al verse de tal modo negado y contradicho.
   —Sí. Para que uno se pueda matar, ¿qué es menester?
   —Que tenga valor para hacerlo —me contestó.
   —No —le dije—, ¡que esté vivo!
   —¡Desde luego!
   —¡Y tú no estás vivo!
   —¿Cómo que no estoy vivo? ¿Es que he muerto? —y empezó, sin darse cuenta de lo que hacía, a palparse a sí mismo.
   —¡No, hombre, no! —le repliqué—. Te dije que no estabas despierto ni dormido y ahora te digo que no estás ni muerto ni vivo…
   —¿Cómo que no existo? —exclamó.
   —No, no existes más que como ente de ficción; no eres, pobre Augusto, más que un producto de mi fantasía y de las de aquellas de mis lectores que tus fingidas venturas y malandanzas he escrito yo; tú no eres más que un personaje de novela, o de nivola, o como quieras llamarle. Ya sabes tu secreto.

Miguel de Unamuno. Niebla (1914).