Iván Aivazovski. Noche de luna (1885). |
Al igual que amas los libros que te hacen llorar, las
sonatas que te han cortado el aliento, los perfumes que te insinúan
renunciamientos, a las mujeres extraviadas entre el cuerpo y el alma, así
sucede con los mares: te enamoras de aquellos cuyo oleaje induce a ahogarse en
su seno.
Emil Cioran. El breviario de los vencidos (1991).
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