Parmigianino. Retrato de un joven (siglo XVI). |
Estaba convencido de que a él en todo el mundo no había
ni habría nunca nadie que quisiera ofenderle, ni siquiera que pudiese
ofenderle. Esto era para él un axioma, dado de una vez para siempre, sin
razonamientos, y con esta idea seguía adelante sin ninguna vacilación.
Fiódor Dostoyevski. Los hermanos Karamázov, libro tercero
(1880).
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