Léon Bakst. Retrato de Alexandre Benois (1898). |
No he conseguido nada, ni siquiera ser un malvado; no he
conseguido ser guapo, ni perverso; ni un canalla, ni un héroe..., ni siquiera
un mísero insecto. Y ahora termino mi existencia en mi rincón, donde trato
lamentablemente de consolarme (aunque sin éxito) diciéndome que un hombre
inteligente no consigue nunca llegar a ser nada y que solo el imbécil triunfa.
Sí, señores, el hombre del siglo XIX tiene el deber de estar esencialmente
despojado de carácter; está moralmente obligado a ello. El hombre de carácter,
el hombre de acción, es un ser de espíritu mediocre. Tal es el convencimiento
que he adquirido en mis cuarenta años de existencia.
Fiódor Dostoyevski. Memorias del subsuelo (1864).
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