Nikolái Roerich. Alma bendita (1924). |
—Pero permíteme: si no posees nada, ¿qué cosas quieres dar?
—Cada cual da lo que tiene. El guerrero da su fuerza; el mercader, su mercancía; el maestro, sus conocimientos; el campesino, su arroz; el pescador, sus peces.
—Muy bien. Y ahora dime ¿qué es lo que tú puedes dar? ¿Qué has aprendido? ¿Qué sabes hacer?
—Sé meditar, esperar y ayunar.
—¿Es todo?
—Sí, creo que es todo.
—¿Y de qué te sirve? El ayuno, por ejemplo, ¿para qué es útil?
—Es muy útil, señor. Cuando un hombre no tiene qué comer, lo más inteligente será que ayune. Si, por ejemplo, Siddhartha no hubiera aprendido a ayunar, ahora tendría que aceptar cualquier empleo, en tu casa o en otra parte, pues el hambre lo impulsaría a ello. Pero al ser como es, Siddhartha puede esperar tranquilamente, pues desconoce la impaciencia y la necesidad; puede aguantar el asedio del hambre largo tiempo, y encima reírse de él. Para eso, señor, sirve el ayuno.
Hermann Hesse. Siddhartha (1922).
Si no hubiera aprendido a ayunar tendría que aceptar cualquier empleo, eso me dio gracia. Suele suceder.
ResponderEliminarSi el mundo estuviera lleno de Siddharthas no sé que sería.
un beso.
Tomando la idea de Malena, con muchos Siddharthas en el mundo, tal vez habría menos desesperación.
EliminarUn mundo lleno de gente que no desespera
ResponderEliminarY si la gente no desesperara, estaría más tranquila y en paz. Sin embargo, siempre habría alguien inconforme que buscaría la desesperación aunque ésta lo llevara a la muerte.
EliminarSaludos.
No considero que sea un empleo el ayunar pero supongo que si se puede considerar un arte (como en el libro de Kafka "Un artista del hambre"). No todo el mundo tendría la suficiente fuerza de voluntad como para ayunar cada vez que sienta hambre y no tenga qué comer. Yo desde luego no podría. Aunque esta actitud me parece demasiado pasiva: -Yo no trabajo, no sé hacer nada, espero que me den de comer ¿a cambio de que? De lo único que sé hacer, la meditación, y si no consigo nada entonces espero y ayuno-. ¡Qué cómodo! Este Siddhartha lo que a mi me parece es un poco fresco y vago.
ResponderEliminar"Pero al ser como es, Siddhartha puede esperar tranquilamente, pues desconoce la impaciencia y la necesidad;" Tanta pasividad me sacaría de mis casillas, creo que no podría soportar a un hombre así =P
Un besito =)
Creo que, en cierto modo, me parezco a Siddharta, al menos en esa época de su vida. Por lo pronto, ya sabes que no conozco el hambre. xD
EliminarUn beso.
ayuna 48 horas y vuelve a escribir que ayunar es cómodo.
EliminarNo entendiste el mensaje, si fuese del punto de vista que lo vez vos, nadie tendria trabajo porque nadie nace sabiendo
EliminarTu tienes complejo de personalidad múltiple =P Para nada te pareces a Siddharta. Y eso de que no conoces el hambre es una gran mentira. Por mi misma he comprobado que a veces estas hambriento. "¿Cuánto falta para el almuerzo? Es que ya me dio hambre" "¿Le queda mucho a la comida? Estoy sintiendo hambre" Estas y otras similares las he oído salir de tu boca en múltiples ocasiones. Ya te lo dije una vez: no se vale mentir =P
ResponderEliminar=)
Alguna vez habré dicho eso, en mi lejano pasado. Ahora es diferente, cada día siento menos gusto por la comida. :p
Eliminar¿Tu lejano pasado incluye hace cinco días? "Creo que me haré un sandwich, me está dando hambre" =P Mejor ciñámonos a los fragmentos y dejemos los gustos y preferencias para otro tipo de conversaciones. Por cierto, no dije nada de la pintura. Supongo que es adecuada aunque a mi personalmente no me gusta demasiado ese pintor =)
ResponderEliminarBesito
A mí tampoco me gusta mucho ese pintor en general, pero la imagen no está mal. :)
EliminarLeí a Hermann Hesse hace mucho. Estuvo "de moda" por estos lares hace unos años.
ResponderEliminarMe encantó ese fragmento, Martín. ¡Admiro tu capacidad de elección y tu vocación por el arte!
Otro abrazo.
Gracias por tus palabras. Me alegro que te haya gustado el fragmento.
EliminarUn saludo.
Martín, ¡cómo te critica María Álvarez!
ResponderEliminarMaría, ¡no me lo critiques tanto en público!
jeje
Saluditos =)
Jajaja, ella me tiene algo subyugado.
EliminarSubyugado pero con cariño =) En mi país hay un dicho que se puede aplicar en nuestro caso, Marta Alicia. Este es: "quien bien te quiere te hará llorar"; bueno no es para tanto, no lo voy a hacer llorar ni mucho menos, pero por eso tal vez soy tan critica con él.
ResponderEliminarTal vez un día me pase por tu blog y te haga alguna critica, eso si constructiva =)
Un saludo =)
Así comienza el amor y no se dan cuenta, María Álvarez. Jajaja. Recuerdo mis 14 años, cuando encontré a Hermann Hesse y devoré todos sus libros y los autores de los que hablaba en sus libros como Nietzsche, y Thomas Mann, con un estilo parecido.
ResponderEliminarAdoro la parte que escogiste, Martín de Moxena. Creo que me viene como anillo al dedo, en este momento de mi vida, y lo tomaré como una jugarreta del destino que nos da destellos de luz, cuando el camino parece oscurecerse, por pequeños momentos. Gracias.
Ignacio Beltrán, Mexicali, México.
De nada. Me alegro que te haya gustado ese fragmento.
EliminarAcabo de leérme el I Ching, y me dió por resultado el hexagrama 5, La Espera, que se vuelve onerosa y difícil, pero siguiendo la fortaleza del ser, uno espera a que llueva y esta llega a su tiempo, trayendo alivio. Eso va de la mano del MEDITAR, ESPERAR, AYUNAR del que habla Hesse en Siddhartha. Básicamente es el mensaje, así que lo escribí en Google y llegué aquí para hablárles del amor que no han sabido reconocer, aún. Abrazos y besos.
ResponderEliminar-Ignacio Beltrán.
El cielo está nublado pero no llueve todavía. Cada cosa a su tiempo. Esperar conscientemente evitando toda acción. Va a suceder algo inesperado: esperando con perseverancia se obtendrá la fuerza necesaria para afrontar el destino. El hexagrama invita a meditar.
ResponderEliminar