William Blake. Job accepting charity (1825). |
Oh, también nosotros solemos ser buenos y magníficos,
pero solo cuando es buena y magnífica nuestra situación. Es más, nos sentimos
incluso arrebatados —precisamente arrebatados— por ideales nobilísimos, pero a
condición de que se alcancen por sí mismos, de que nos caigan del cielo sobre
la mesa y, sobre todo, que no nos cuesten nada, nada, que nada haya que pagar
por ellos. Pagar no nos gusta en absoluto; en cambio nos gusta mucho recibir, y
eso en todo. Dennos, oh, dennos todos los bienes posibles de la vida (digo
todos los posibles, con menos no nos contentamos) y, sobre todo, no
obstaculicen en nada nuestra inclinación; entonces también nosotros
demostraremos que podemos ser buenos y magníficos.
Fiódor Dostoyevski. Los hermanos Karamázov, libro
duodécimo (1880).
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