Rembrandt. Titus van Rijn in a Monk's Habit (1660). |
En su infancia y juventud fue poco expansivo y hasta poco
hablador, pero no por recelo, timidez o sombrío retraimiento, sino más bien, al
contrario, por otra cosa, por una preocupación en cierto modo interior,
estrictamente personal, que no concernía a los demás, pero de tanta importancia
para él que al parecer le llevaba a olvidarse de los otros. Sin embargo amaba
al prójimo: diríase que vivía toda su vida creyendo por completo en los
hombres, sin que nadie le tuviera nunca ni por un bendito ni por un ingenuo.
Algo había en Aliosha que decía y hacía sentir (y así fue luego durante toda su
vida) que él no quería ser juez de los demás, que no quería encargarse de
condenar a nadie y que no lo haría por nada del mundo.
Fiódor Dostoyevski. Los hermanos Karamázov, libro primero (1880).
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