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Block suplicando ante el abogado Huld. El proceso (1962). Película. |
<<¿Deseáis
que me vaya?>>, preguntó Block. <<Ahora ya estás aquí>>, dijo
el abogado. <<¡Quédate!>> Se habría podido creer que el abogado no
había cumplido el deseo de Block, sino que le había amenazado, por ejemplo, con
apalearle, porque Block se puso a temblar visiblemente. <<Ayer>>,
dijo el abogado, <<estuve con el tercer juez, buen amigo mío, y poco a
poco fui llevando la conversación a tu asunto. ¿Quieres saber lo que me
dijo?>>. <<Oh, sí, por favor>>, dijo Block. Al ver que el
abogado no respondía inmediatamente,
Block repitió la súplica y se inclinó como si fuese a caer de rodillas.
Entonces K. le increpó: <<¿Qué haces?>>. Como Leni quiso impedirle
esta exclamación, él le cogió también la otra mano. No le retenía las manos con
la presión del amor; ella suspiraba a menudo e intentaba soltarse. Pero Block
fue castigado por la expresión de K., porque el abogado le preguntó.
<<Vamos a ver, ¿quién es tu abogado?>> <<Sois vos>>,
dijo Block. <<¿Y quién más, aparte de mí?>>, preguntó el abogado.
<<Nadie más>>, dijo Block. <<Pues entonces no obedezcas nunca
a nadie más>>, dijo el abogado. Block se dio perfecta cuenta de lo que
aquello significaba y observó a K., midiéndolo de arriba abajo con miradas
malignas, a la vez que meneaba violentamente la cabeza contra él.
Franz Kafka. El proceso (1925).