viernes, 3 de agosto de 2012

Pauline Gedge: la feminidad de un faraón

Estatua de Hatshepsut. Siglo XV a. C. Museum of  Fine Arts. Boston.

   Hatshepsut alcanzó el pináculo de una gloriosa madurez y pareció permanecer allí, radiante en salud, vigor y belleza. Era como si su naturaleza divina la hubiera convertido realmente en un ser inmortal cuyo influjo atraía a todos los hombres y estaba imbuido de los poderes y misterios del mismísimo Dios Amón. Con frecuencia sus servidores intuían su presencia antes de avistar a sus portaestandartes: en la atmósfera se operaba un cambio sutil, como si un hálito de omnipotencia precediera sus pasos; aunque tal vez no fuera otra cosa que su perfume, la pesada fragancia de la mirra, transportada por la brisa. Era mirada cada vez más con una mezcla de admiración y temor supersticiosos, y el número de peregrinos que acudían a su santuario fue aumentando con el correr de los meses.
   Pero, en su interior, Hatshepsut estaba llena de desasosiego. Acostada en su lecho durante las bochornosas noches de verano, no hacía sino pensar en Senmut, y su presencia cotidiana le recordaba permanentemente que había un hombre capaz de satisfacer plenamente las necesidades de su cuerpo real con sólo decir una palabra. Durante años se había negado a hacerlo, primero por la posición que ocupaba en calidad de Consorte de Tutmés y, más tarde, por el hecho de ser faraón, un ser único destinado a padecer la soledad. Pero comenzó a cansarse de su viudez, y de sus noches de insomnio y sus sueños febriles le indicaron que había llegado el momento de entregarse, de una vez por todas, al hombre que amaba por encima de todos los demás.

Pauline Gedge. La dama del Nilo (1977).

4 comentarios:

  1. A veces es imposible estar con la persona a la que amas. Ni todas las riquezas de su reino, le permitían satisfacer sus más íntimos deseos; "por el hecho de ser faraón, un ser único destinado a padecer la soledad." Estar rodeada de tantas cosas, con la posibilidad de poder tener cualquier cosa a su alcance, y sin embargo lo que ella anhelaba parecía estar muy lejos solo por el cargo que ocupaba. Me parece fascinante la vida de Hatshepsut, un fragmento muy acertado. Estás haciendo que mi lista de lecturas pendientes aumente rápidamente. Un beso =)

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    1. Creo que este libro te parecería interesante, al menos no te quedarás estancada en sus páginas.
      Un beso.

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  2. Excelente idea el acercarnos estos textos.
    Gracias.

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