sábado, 11 de agosto de 2012

Chéjov: una confesión en la despedida

Dante Gabriel Rossetti. Los amantes (1853).

    >>Fuimos toda una multitud a despedir a Anna Alekséyevna. Cuando ya se había despedido de su esposo y los hijos, y le faltaba solo un instante para la tercera señal, entré yo en el compartimiento para llevarle una cesta que casi olvida. Y, bueno, había que decirse adiós. Cuando allí, en el compartimiento, se encontraron nuestras miradas, la fuerza que agarrotaba nuestros sentimientos nos abandonó. Yo la abracé, ella apretó su rostro contra mi pecho y de sus ojos corrieron lágrimas.
   >>¡Qué desgraciados éramos los dos! Sin dejar de besar su cara, sus hombros, sus manos bañados en lágrimas, le confesé mi amor, y entonces, con un dolor candente en mi corazón, comprendí qué inútil, qué mezquino y falso había sido todo lo que entorpecía nuestro amor. Comprendí que cuando uno ama y piensa en ese amor, tiene que partir de algo más elevado, más importante que la felicidad o la desgracia, más importante que el pecado y la virtud en su sentido más vulgar; o, mejor, que no hay que pensar en absoluto.
   >>La besé por última vez, le estreché la mano y nos despedimos para siempre. El tren ya estaba en marcha: me senté en el compartimiento de al lado —estaba vacío—, y hasta la siguiente estación me quedé ahí llorando. Después fui a Sófino a pie…

Antón Chéjov. Del amor (1898).

6 comentarios:

  1. Esperar hasta el último momento para confesar su amor.. qué torpeza! Cuando se ama de verdad y se tiene cierta certeza de que ese amor puede ser correspondido es mejor luchar hasta el final y no dejarlo escapar. Odio las despedidas, sobre todo esas que me obligan a separarme, todavía en demasiadas ocasiones y por un espacio de tiempo muy prolongado, de la persona a la que amo con todo mi ser =) Hermosa la pintura, se percibe claramente la tristeza que envuelven las despedidas.


    Un beso =)

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    1. Bueno, el protagonista no confesó su amor antes por temor a desencadenar un gran problema para todos. Tal vez su decisión no fue la más acertada a largo plazo porque su pasividad lo llevó a aceptar esa separación definitiva con resignación.
      Un beso.

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  2. Qué fragmento tan hermoso.
    Yo lo comprendo bien. No debería de ser así, pero hay momentos en que tenemos que tragarnos el amor...aunque nos ahogue.

    Abrazos

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    1. Lo que en la realidad resulta doloroso, como el caso de este amor imposible, al menos puede servir como materia prima para una bella historia.

      Saludos.

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  3. ¡¡Qué romanticismo exquisito!! Esa pareja de Chéjov despierta las emociones hasta las lágrimas.

    ¡Ni qué hablar del pintor Dante Rossetti! Me gusta muchísimo. Usé varias de sus obras en mis textos.

    Un abrazo.

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    1. Chéjov era un experto en el manejo de sus personajes, por eso cuando leemos sus textos aún los sentimos cercanos a pesar de los años.
      Cuando pensé en este texto lo asocié inevitablemente a las pinturas de Rossetti.

      Saludos.

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