jueves, 5 de julio de 2012

Sabato: con tapones para los oídos

Edvard Munch. El grito.
   Algo que a mí me afecta terriblemente es el ruido. Hay tardes en que caminamos cuadras y cuadras antes de encontrar un lugar donde tomar un café en paz. Y no es que finalmente encontremos un bar silencioso, sino que nos resignamos a pedir que, por favor, apaguen el televisor, cosa que hacen con toda buena voluntad tratándose de mí, pero me pregunto, ¿cómo hacen las personas que viven en esta cuidad de trece millones de habitantes para encontrar un lugar donde conversar con un amigo? Esto que les digo nos pasa a todos, y muy especialmente a los verdaderos amantes de la música, ¿o es que se cree que prefieren escucharla mientras todos hablan de otros temas y a los gritos? En todos los cafés hay, o un televisor, o un aparato de música a todo volumen. Si todos se quejaran como yo, enérgicamente, las cosas empezarían a cambiar. Me pregunto si la gente se da cuenta del daño que le hace el ruido, o es que se los ha convencido de lo avanzado que es hablar a los gritos. En muchos departamentos se oye el televisor del vecino, ¿cómo nos respetamos tan poco? ¿Cómo hace el ser humano para soportar el aumento de decibeles en que vive? Las experiencias con animales han demostrado que el alto volumen les daña la memoria primero, luego los enloquece y finalmente los mata. Debo de ser como ellos porque hace tiempo que ando por la calle con tapones para los oídos.

Ernesto Sabato. La resistencia (2000).

4 comentarios:

  1. Absolutamente de acuerdo, el ruido puede llegar a ser muy molesto. No sé si hasta el punto de enloquecer y morir como les sucede a los animales con los que se experimenta, pero tal vez sí molesto hasta perder el sueño. Precisamente no pude conciliar el sueño porque había demasiado ruido, música y fiesta a mi alrededor. Un poco exagerado salir con tapones en los oídos, eso sería muy desorientador. Pero creo que realmente no somos conscientes del daño que puede causarnos el ruido excesivo y, en ocasiones, todos, alguna vez, nos vemos envuelto en un gran ruido y puede que hasta disfrutemos de él. La pintura... tal vez hubiese elegido otra para este fragmento, una en la que hubiera una gran ciudad llena de bullicio... Aunque claro, el titulo es con tapones en los oídos y esa figura se tapa (se supone) las orejas =P

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    1. Aunque la pintura no tenga que ver precisamente con el ruido, creo que la expresión de Sabato frente a él habría sido semejante. Por eso elegí esta obra. Por otro lado, los tapones para los oídos no creo que sea mala idea para mi caso. :)

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  2. No es buena idea para tu caso, ni para el mío, ni para el de nadie. No se puede caminar con tapones en los oídos. No es práctico. No oirías el claxon de un auto avisándote de un peligro, tal vez. O la sirena de una ambulancia que urgentemente va a pasar por donde tú estarías cruzando la calle. No es práctico, es un peligro. Solo podrías usarlo mientras no salgas de la casa y nada mas. =)

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    1. Cierto, pero aun así la idea no deja de resultarme atractiva.

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