lunes, 20 de febrero de 2012

Chéjov y la juventud desperdiciada

Tomás O'Maoldomhnaigh. Ennis Train Station.
"Mi juventud se ha perdido sin el menor provecho, como una colilla inútil –seguía yo pensando–. Mis padres murieron cuando yo era aún un niño; me expulsaron del colegio. Nací en una familia noble, pero no recibí educación ni instrucción, y mis conocimientos no son superiores a los de cualquier peón de ferrocarril. No tengo un rincón propio donde caerme muerto, ni parientes, ni amigos, ni ocupación que me guste. No valgo para nada y en la flor de la vida solo he sido utilizado para que cubriera el puesto de jefe de una pequeña estación. No he conocido otra cosa que desgracias y calamidades. ¿Qué otro mal puede acaecerme todavía?"
A lo lejos aparecieron unas luces rojas. Un tren corría a mi encuentro. La estepa dormida oía su traqueteo. Mis reflexiones eran tan amargas que tenía la impresión de pensar en voz alta y de que el gemido del telégrafo y el rumor del tren transmitían mis pensamientos.
"¿Qué otro mal puede sucederme? ¿Perder a mi mujer? –me preguntaba–. Ni eso me asusta. Nadie puede esconderse de su propia conciencia: ¡yo no quiero a mi mujer! Me casé con ella cuando todavía era un muchacho. Y ahora, que yo sigo siendo joven y fuerte, ella, en cambio, se ha ajado, ha envejecido, se ha vuelto estúpida y está llena de prejuicios de pies a cabeza. ¿Qué hay de bueno en su empalagoso amor, en su pecho hundido, en su mirada mustia? La soporto, pero no la amo. ¿Qué puede ocurrir, pues? Mi juventud se está echando a perder por menos de una pulgada de rapé, como suele decirse. Las mujeres solo pasan por un instante ante mí en las ventanillas de los vagones como estrellas fugaces. No he tenido ni tengo amor. Y mi virilidad, mi valentía, mi buen corazón se echan a perder… Todo se pudre como la basura, y toda mi riqueza, aquí, en la estepa, no vale ni una moneda de cobre."

Anton Chéjov. Champagne. Relato de un granuja.

2 comentarios:

  1. ¡Qué pensamientos tan pesimistas! "La soporto, pero no la amo." ¡Qué triste pensar así! Aunque claro, teniendo esos sentimientos es normal que piense que su juventud está perdida. Vivir con una persona que no te aporta nada, que no sientes nada por ella, tener un trabajo que no te gusta, no haber podido aspirar a nada más.. al final es fácil tener ese pesar viéndose rodeado por esas circunstancias. Y de la imagen, ya sabes lo que opino, tal vez sea adecuada para el fragmento pero no es de mis preferidas. Un beso.

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    1. Elegí la pintura porque el relato transcurre en una estación de trenes en la que el protagonista es jefe. Sin embargo, dicho trabajo lo tiene apartado de la vida social de las grandes ciudades, se siente desterrado. Creo que un militar asignado a servir en provincias podría experimentar sentimientos semejantes.

      Un beso.

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