viernes, 3 de febrero de 2012

Carta desde una cárcel de amor


En saber que escrivo para ti se turba el seso. Grabado de la edición catalana de 1493.
Si toviera tal razón para escrevirte como para quererte, sin miedo lo osara hazer; mas en saber que escrivo para ti se turba el seso y se pierde el sentido, y desta causa antes que lo començase tove conmigo grand confusión; mi fe dezía que osase; tu grandeza que temiese; en lo uno hallava esperança y por lo otro desesperava, y en el cabo acordé esto; mas, guay de mí, que comencé tenprano a dolerme y tarde a quexarme, porque a tal tienpo soy venido, que si alguna merced te meresciese, no hay en mí cosa biva para sentilla, sino sola mi fe; el coraçón está sin fuerça, y el alma sin poder, y el juizio sin memoria; pero si tanta merced quisiesses hazerme que a estas razones te pluguiese responder, la fe con tal bien podrié bastar para restituir las otras partes que destruiste. Yo me culpo porque te pido galardón sin haverte hecho servicio, aunque si recibes en cuenta del servir el penar, por mucho que me pagues siempre pensaré que me quedas en deuda. Podrás dezir que cómo pensé escrevirte; no te maravilles, que tu hermosura causó el afición, y el afición el deseo, y el deseo la pena, y la pena el atrevimiento, y si porque lo hize te pareciere que merezco la muerte, mándamela dar, que muy mejor es morir por tu causa que bevir sin tu esperança; y hablándote verdad, la muerte, sin que tú me la dieses yo mismo me la daría, por hallar en ella la libertad que en la vida busco, si tú no hovieses de quedar infamada por matadora; pues malaventurado fuese el remedio que a mí librase de pena y a ti te causase culpa. Por quitar tales inconvenientes, te suplico que hagas tu carta galardón de mis males, que aunque no me mate por lo que a ti toca, no podré bevir por lo que yo sufro, y todavía quedarás condenada. Si algund bien quisieres hazerme, no lo tardes; si no, no podrá ser que tengas tienpo de arepentirte y no lugar de remediarme.

Diego de San Pedro. Carta de Leriano a Laureola en Cárcel de Amor (1492).

5 comentarios:

  1. Ay Leriano, cómo osa siquiera aludir sesgadamente a que su dama está en deuda con él. Eso jamás se hace. Pero me temo que recibirá el castigo correspondiente a tal osadía. El amante no debe cuestionar las decisiones de su dama, sólo acatarlas :P

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  2. Parece ser que Margarita la Tornera no comparte una "visión más democrática de la relación amado-amante" :P Ese triste Leriano merece la muerte, es un insensato que se tropieza dos veces con la misma piedra.

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  3. El amor cortés funciona a la manera que menciona Margarita. Es imprescindible que el amante se declare vasallo de la amada. En este caso, el amante es osado y por ello le aguarda, al final del libro, un destino diferente a los dictámenes de su voluntad. Incluso en la actualidad, la dependencia en las relaciones amorosas es más frecuente que esa abstracción ingenua llamada "visión más democrática de la relación amado-amante". Estamos hablando de cómo actúan dos personas bajo los cánones de este amor cortés, no los confundas con relaciones entre Estados o administraciones públicas mediante documentos membretados y sellos de recepción. xD

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  4. No es una abstracción ingenua, es el resultado de un amor sano, todo lo demás son apegos propios de parejas sintomáticas. ¡Viva el "split the check and love each other!
    Pd. El regaño histórico no era necesario, esa forma de tratar a tus fans te puede salir cara. xD

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  5. Los límites del amor sano son muy endebles. Lo sintomático puede que sea la regla y lo otro la excepción. :)

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